5.6.05

No son iguales.

Parece inevitable comparar manifestaciones. Me refiero a la que hubo contra la guerra en Iraq y la de ayer de una parte de las víctimas del terrorismo.

No se pueden comparar muchas cosas, ni las cifras, ni la forma de convocar, ni quién paga desplazamientos, pero sobre todo la repercusión de una y de otras.

En la primera, el fin de manifestarnos era evitar una guerra, que el tiempo ha demostrado inútil, basada en mentiras y en intereses económicos. Los que estuvimos allí sufrimos un contagio de compañerismo con todos los que nos rodeaban bajo un mismo fin: que no hubiera guerra, que no murieran personas por intereses particulares de unos u otros. Todos teníamos claro eso.

La segunda, la de ayer, ha conseguido dividir a las víctimas, ya no son capaces de juntarse para reclamar todo lo que quieran reclamar como víctimas del terrorismo. Cruz y raya a cualquier tipo de acto conjunto con todas las víctimas, ya unas víctimas son de una categoría y otras de otra. Y, lo que también han conseguido es politizar a las víctimas. Unas siempre serán -se ha confirmado- las víctimas de la derecha, las otras -las han echo confirmarse sin quererlo- son las víctimas malas, las de la izquierda, las que están de acuerdo en negociar con ETA, aunque ello suponga que no aumente el número de socios de esas asociaciones, que es un fin loable y deseable.

Lo ideal sería que se hubiesen juntado para hacer una manifestación apolítica, contra el terrorismo, contra lo que quieran, pero sin dividir a los ciudadanos, sin clasificar a la gente según su actitud. Esta es una más de las maneras de hacer incapié en las dos españas.

Resumiendo: una manifestación era para evitar muertes, la otra es contra una decisión parlamentaria para enterrar el terrorismo una vez que haya dejado la lucha armada, y, hacer como las sociedades avanzadas, dialogar.