16.4.05

Vuelve la derecha a practicar su juego favorito.

Esos que votan al PP en las elecciones, que son herederos del franquismo, que se divierten pegando a la gente inocente, que nos recuerdan tiempos pasados mucho peores, son los que se han juntado -valientemente- en un grupo de unos 200, según cuenta la prensa, para agredir a los participantes en un acto de presentación de un libro. Los pueden llamar ultras o como quieran, pero su mejor calificativo identificador es de fascistas. Claro que se lo puedes llamar y en lugar de ofenderse se siente orgullosos.

Es curioso que su acto ha sido -seguro que no casual- perpretado en una librería, al igual que hacían los nazis con los libros, quemarlos, estos han acudido allí a romper las normas de convivencia en libertad agrediendo a varias personas.

El PP debería condenar estos actos sin dudar, sin que le temblara la voz ni un ápice, a pesar de perder los votos que pueden provenir de esta gentuza. Algunos hablaban de que el gobierno no había olvidado la época de la transición y que todo ya estaba maduro, cuando se retiraban las estatuas de Franco, pero esto nos reafirma que no hay democracia madura ni mucho menos, que todavía hacen falta muchos años de madurez en algunas personas para poder consolidarla y permitir la libertad de expresión siempre y a todos. Mientras tanto, debemos seguir cada año y en cada momento recordando que la democracia es la única que nos puede hacer convivir en paz con los que no piensan como nosotros. Pero claro, estos otros, como no piensan, se nos antoja arto difícil conseguirlo.

Enlaces sonoros sobre el tema: Testigo presencial, otro testigo.