"Hemos alentado toda la vida un sueño: hacer una España y un mundo más justo, más igualitario, más pacífico y más libre" mencionaba Carrillo en su discurso de investidurade Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Madrid. En contra de esas palabras bazo en alto y saludo fascista, con banderas inconstitucionales y reglas no democráticas -insultos, uso de la fuerza...- unos cuantos intentando boicotear el acto.
Unos, como Carrillo, han dedicado toda su vida a buscar y trabajar para hacer un país más libre, un mundo sin las tremendas desigualdades que vemos hoy todaví en él. Otros, tienen por forma de vivir y comportarse los insultos, la vuelta a la vida rancia en la que unos pocos podían vivir y los demás no tenían derechos por la sencilla razón de pensar de otra forma, sin que hayan hecho otra cosa que pensar por si solos y de otra manera a la 'políticamente correcta' de la dictadura de Francisco Franco y sus compañeros, Fraga incluido, no lo olvidemos, no lo olvidaremos.
Nosotros, los ciudadanos, debemos elegir entre una actitud y un comportamiento.
Me confieso no creyente, ni un poco, y no me dedicaría a boicotear los actos religiosos, no me importa que otros crean, me da igual que se tiren muchos días con la muerte y el nombramiento del nuevo Papa, no me atañe ni me importa en absoluto, pero no voy por ahí gritando que es mentira la existencia de Dios, que todo es un gran negocio para unos poco y que no hacen más que engañar con algo intangible, cuando lo verdaderamente palpable es que si se reparte entre todos, todos podremos vivir mejor, sin las desigualdades actuales, miremos un poco hacia África, por ejemplo, y lo entenderemos.
Por eso condeno esta actitud en España, la de estos fascistas trasnochados que reniegan de la modernidad, de avanzar hacia un futuro mejor para todos.
Espero que la legislación actual obre sobre ellos y nos libre de su presencia hasta que sepan conportarse como personas, que han demostrano no saber hacerlo hasta el momento.
Un testigo de los actos nos comenta cómo lo ha vivido él.
Unos, como Carrillo, han dedicado toda su vida a buscar y trabajar para hacer un país más libre, un mundo sin las tremendas desigualdades que vemos hoy todaví en él. Otros, tienen por forma de vivir y comportarse los insultos, la vuelta a la vida rancia en la que unos pocos podían vivir y los demás no tenían derechos por la sencilla razón de pensar de otra forma, sin que hayan hecho otra cosa que pensar por si solos y de otra manera a la 'políticamente correcta' de la dictadura de Francisco Franco y sus compañeros, Fraga incluido, no lo olvidemos, no lo olvidaremos.
Nosotros, los ciudadanos, debemos elegir entre una actitud y un comportamiento.
Me confieso no creyente, ni un poco, y no me dedicaría a boicotear los actos religiosos, no me importa que otros crean, me da igual que se tiren muchos días con la muerte y el nombramiento del nuevo Papa, no me atañe ni me importa en absoluto, pero no voy por ahí gritando que es mentira la existencia de Dios, que todo es un gran negocio para unos poco y que no hacen más que engañar con algo intangible, cuando lo verdaderamente palpable es que si se reparte entre todos, todos podremos vivir mejor, sin las desigualdades actuales, miremos un poco hacia África, por ejemplo, y lo entenderemos.
Por eso condeno esta actitud en España, la de estos fascistas trasnochados que reniegan de la modernidad, de avanzar hacia un futuro mejor para todos.
Espero que la legislación actual obre sobre ellos y nos libre de su presencia hasta que sepan conportarse como personas, que han demostrano no saber hacerlo hasta el momento.
Un testigo de los actos nos comenta cómo lo ha vivido él.